Despertó abrazado de Jungkook, y lo primero que hizo fue tomar su celular y enviarle un mensaje a su hija.

Jimin:
Lo que pasó después, fue que me enteré años más tarde que él se iba a casar con ella. Eso aumentó mi odio.
Jungkook y yo siempre platicábamos a futuro, y muchas veces cuando tocábamos el tema del matrimonio él me decía que éramos muy jóvenes y todo eso. Obviamente me iba a sentir inseguro con el pensamiento de porqué con ella sí se casó en poco tiempo y conmigo no. Fue muy difícil para mi, amor. Pero nunca dejé de amarlo.
Pasó el tiempo hasta hace unos meses donde lo presentaste como el papá de tu novio. Por eso todas esas actitudes raras e indirectas que lancé la primer noche. Yo no quería hablarle ni tener una relación de amistad con él porque tenía el pasado en mi mente, y segunda porque ahora Jungkook es papá de tu novio y sabía la situación en la que te pondría.
Traté de estar lejos suyo, pero no es como si los sentimientos se borraran de la noche a la mañana. Mi corazón seguía acelerándose con saber que él estaba cerca, ¿sabes? Y no quise, pero Jungkook puso de su parte para llevarnos bien, y pensé que era mejor arreglar la amistad por ustedes, y hacer menos incómodas las cosas.

Sintió los brazos amoldándose a su cintura, atrayéndolo más al cuerpo ajeno. Jimin sonrió de lado, dejó su celular en la mesa de noche, giró su cabeza para dejar un beso en la nariz de Jungkook y se dispuso a descansar otro poco más.

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En medio de su clase, Jarin recibió el mensaje de su papá.

Fue inevitable no leerlo al momento. Sintiéndose extraña por la forma en que se comportó cuando le dijo de su relación con el señor Jeon. Podía notar que de verdad lo amaba, siempre lo tuvo claro. Pero en esos momentos en los cuales hablaban como debieron hacerlo desde un inicio, siendo sinceros y con su papá diciéndole de Jungkook, le hacía ver las cosas más claras, más reales.

Su papá estaba enamorado hasta el alma de Jungkook. Y... ellos sufrieron a un comienzo, sin embargo sus sentimientos siguieron ahí, y el dueño apareció de nuevo. Por supuesto que su papá podía caer con facilidad, y no tenía la culpa por ello.

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Jongsuk estaba recostado a su lado en la cama. Ambos de lado, Jarin siendo la cuchara pequeña y dejándose sentir caricias en sus cabellos. Acariciaba el brazo de su novio, sin dejar de pensar qué hacer, o cómo actuar.

—Cariño, tú ya hablaste con ellos, ¿no? —musitó.

Jongsuk soltó un sonido de su garganta, el cual confirmaba lo que preguntó.

—¿Por qué?

—¿Qué te dijeron de su relación?

Jongsuk supo a lo que su novia quería llegar. Y estaba bien saber que comenzaba a hacer preguntas por interés.

—En pocas palabras, que ellos se amaron mucho pero rompieron y tuvieron problemas de desconfianza por malos entendidos, pero no se superaron nunca. Entonces ahora que se reencontraron, y hablaron lo suyo, supieron que no querían dejarse ir de nuevo.

—¿Notas que se aman? —giró su cuerpo para verlo a los ojos.

Jongsuk apretó sus labios. La culpabilidad estaba en los ojos de Jarin. Acarició su mejilla y sonrió de lado.

—Lo hacen, y tenían miedo de iniciar su relación por nosotros. No querían ponernos en la situación en la que estamos. Papá me dijo que el tuyo siempre te puso primero, antes que su relación. Cariño, sé que es raro esto pero debemos entenderlos. Teóricamente no están, ni estamos haciendo nada malo.

—No es eso —se quejó removiéndose en su lugar—. Es que no entiendo porqué mi papá me lo ocultó por tanto tiempo.

—Tal vez no quería ponerte en medio cuando las cosas recién se daban entre ellos. O tenía miedo de la forma en que podías actuar.

—Pero...

Jongsuk la interrumpió.

—Creo que deberías hablar con él para saber sus verdaderas ideas o razones, cariño. Lo único que creo es que tu papá te lo ocultó porque te ama y tenía miedo.

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El siguiente fin de semana, Jarin llamó a la puerta de su papá. Una mochila colgada de su brazo, y las galletas favoritas de su papá en sus manos.

Jimin abrió la puerta, sintiéndose emocionado cuando vio a su hija detrás de ella con una sonrisa torcida. Aunque, no tardó mucho en tamborilear sus dedos sobre la puerta, nervioso.

Jungkook se había quedado la noche anterior a dormir con él, y estaba en su habitación esperándolo para volver a la cama y dormir un poco más.

No sabía si su hija estaba en el momento adecuado para ver a Jungkook cerca de él, como pareja, después de todo el desastre que ocurrió semanas antes.

Jarin notó el nerviosismo en su padre. Su sonrisa nerviosa lo delataba con fuerza.

—¿El señor Jeon está contigo? —preguntó.

Jimin asintió con sus labios formando un puchero.

—Si quieres le puedo decir que se vaya y podemos estar solos tú y yo, amor —habló rápido y nervioso, haciéndole espacio para pasar a la casa.

—No, está bien así. Creo que me sirve más si están los dos juntos —dejó sus llaves en la mesa del recibidor—. Compré tus galletas favoritas para comerlas mientras hablamos.

Jimin sonrió y asintió. Pensó en darle un beso en su cabeza, como siempre lo hacía, pero se contuvo al no saber qué tan cómoda podía sentirse ella. Siempre respetaba sus espacios.

—Gracias, amor. Iré arriba a hablar con Jungkook, y después prepararé un poco de té para los tres, ¿sí?

Jarin asintió y se sentó en el sofá de la sala. Mirando a su alrededor notando ciertas cosas que antes no había en casa. Algo que llamó su atención fue una pequeña foto en un marco, al lado del sofá.

Achicó sus ojos acercándose a la orilla para tenerlo entre sus manos y verlo más cerca. Era una foto que se veía desgastada, y un poco vieja. Ahí aparecía su papá riendo con Jungkook besando su mejilla y abrazándolo por la cintura.

Sonrió al ver a su papá tan feliz con alguien. Una sonrisa que no le veía tan a menudo.

Escuchó los pasos de su papá cerca. Dejó el marco en su lugar y volteó a donde venía. El rizado le dedicó una sonrisa y le señaló la cocina. Detrás de él venía una silueta.

Jungkook bajaba con la pijama y su cabello peinado. Una sonrisa nerviosa salió de sus labios cuando vio a la hija de Jimin en la sala.

—Buen día, Jarin —saludó antes de desaparecer en la cocina con Jimin, temiendo arruinar algo si estaba junto a ella.

—Buen día, señor Jeon.

Las manos de Jimin se movían con torpeza por la cocina. Tirando la tetera, y la caja con los sobres de té. Estaba nervioso sin saber a lo que iba su hija a su casa. Ansiaba por tenerla de vuelta.

Se tomó unos segundos para relajarse. Apoyando sus manos sobre la isla de la cocina, respirando profundo y cerrando sus ojos hasta sentir que su corazón se tranquilizaba. Un beso en su mejilla y un toque sobre su cadera ayudaron de más.

—Saldrá bien, amor —murmuró Jungkook cerca de su oído.

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Jimin dejó una taza frente a su hija, en la mesa del centro. Las otras dos a un lado, lejos de su hija, en otro sofá aparte donde estaría sentado junto a Jungkook.

Jarin carraspeó su garganta, bebió un sorbo y decidió hablar antes de que su papá terminara de hacer un agujero en el piso por la forma en que movía su pie.

—Papá, quise venir a hablar contigo para aclarar mis dudas —soltó—. Fue muy de sorpresa la forma en que pasó todo ese día y creo que actué un poco mal, pero aún así me costó asimilarlo un poco. No sabía cómo sentirme al saber que estabas con el papá de mi novio.

Ambos mayores asintieron.

—Fue una reacción normal, amor —habló Jimin con tono dulce. Siempre siendo el padre comprensivo con ella.

—Fue mucho tiempo el que tardé en entender que no me molestaba lo de ustedes. Es decir, estoy feliz que estés con alguien a quien se nota que amas, y que él lo hace de la misma forma. Sé que no hay nadie mejor que el señor Jeon para ti, es completamente tu tipo —Jungkook agachó su cabeza, sonrojado por su cumplido—. Pero me sentí triste y enojada porque no pudiste decirme nada. Siempre omitiste los detalles de ese quien amaste hace mucho tiempo, y lo seguiste haciendo cuando me contabas de tu pareja actual. Eso me dolió, papá —estrechó sus propias manos sobre su regazo—. ¿Dónde quedó el Jarin y Jimin sin secretos?

Jungkook mordió su mejilla interior, mientras que Jimin asintió comprendiendo el enojo de su hija. Tragó con fuerza y salió un poco de su asiento para quedar más cerca de Jarin.

—Lamento no habértelo dicho antes. Omitía su nombre a un inicio porque no quería recordarlo. Su nombre me costaba pronunciarlo —Jungkook mordió con más fuerza su mejilla al escucharlo—. Y después no te dije nada porque tenía miedo de arruinarte tu relación por pensar en yo tener una con Jungkook. No quería que te sintieras incómoda conmigo, con él o con Jongsuk. Sabes que nunca te he puesto en el medio de mis relaciones, y he dejado que tú hagas lo que quieras sobre conocer a mis parejas, pero sabía que con Jungkook todo sería diferente. No era una decisión fácil, amor. Siempre fuiste mi prioridad para decírtelo, sólo que no sabía como. Pensaba decírtelo hasta que viéramos cómo funcionaban las cosas entre nosotros, y no adelantarme a decírtelo y hacer más caos si no funcionaba.

Jarin asintió lentamente con su cabeza. Eran las más sinceras palabras que podía haber dicho su padre. Y le creía firmemente.

—Lamento haberte dejado de hablar y salir así de la casa, papá.

Jimin negó y abrió sus brazos esperando el tan ansiado abrazo de su hija, el cual no tardó en recibir.

—Yo lamento no habértelo dicho antes. Pero hay cosas que no siempre podré decirte al ser tu papá, amor. Son por tu bien para no involucrarte en mis asuntos

Jarin asintió satisfecha, al fin tenía respuestas.

Jungkook podía ver la bonita escena familiar entre los Park. Haciéndolo sonreír cuando no dejaban de decirse lo mucho que se extrañaron y lamentaban los malos entendidos.

—Jarin, yo quiero decirte que de verdad amo a tu papá, y voy a hacer todo para hacerlo feliz.

—Ya lo está haciendo, señor Jeon —rió cuando notó las mejillas encendidas de su papá—. Papá está feliz con usted.